A través de los tiempos el ser humano ha
luchado para mejorar su calidad de vida.
En la prehistoria aprendió a cubrirse para protegerse de las
inclemencias del tiempo, descubrió la utilidad del fuego e inventó la rueda
para ayudarse en los trabajos del día a día.
Con el pasar de historia y la llegada de
muchos otros adelantos e inventos, siempre producidos para mejorar nuestra
calidad de vida, estamos en el punto donde se valora nuestro mayor recursos
como homo-sapiens-sapiens: nuestra mente.
La primera revolución industrial cambió
la forma en que se cosecha. La
máquina a vapor cambió el mundo durante la segunda, y en la tercera, la
revolución tecnológica, no solo las nuevas tecnologías como las computadoras y
otras tecnologías de la información, cambiaron nuestra manera de hacer las
cosas. Ahora se valora el
conocimiento que tienen las personas que trabajan: no es solo hacerlo, es saber
cómo se hace.
Todos los seres humanos tenemos algún
tipo de conocimiento tácito (saber como se hace algo, y tenerlo almacenado en
nuestra mente), pero para que sea realmente valioso, ese conocimiento debe
convertirse en explícito (estar plasmado en algún medio para que otro ser
humano pueda beneficiarse de nuestro conocimiento y éste quede registrado para
la posteridad).
Ya para el 1969 Peter Drucker, quien fue
un defensor temprano del concepto knowledge-based change, dijo: ¨the basic
economic resource is no longer capital, nor natural resources, nor labor. It is and will be knowledge¨. (Sarrafzadeh, 2008) Fue para la década
de los 90 que comenzó el énfasis en el Knowledge Management o Gerencia del Conocimiento. Esto es el manejo del conocimiento como un
recurso organizacional. (Sarrafzadeh, 2008) Según el Gartner
Group el concepto significa:
¨…a discipline that promotes an integrated and collaborative approach to
the process of information asset creation, capture, organization, access, and use. Information assets include databases,
documents, and, most importantly, the uncaptured expertise and experience
resident in individual workers.¨ (Riccio, 2011, p. 25)
Para sobrevivir en la competencia global
las organizaciones han tenido que depender cada vez más en su habilidad de
transformar información en conocimiento, de modo que puedan mantenerse
competitivas, tomar buenas decisiones y producir nuevos productos y servicios. (Sarrafzadeh, 2008)
Como muchos otros conceptos e
innovaciones, el concepto de gerencia del conocimiento nace y crece
principalmente en el sector de los negocios, pero ha emigrado a otros tales
como la biblioteca. (Wen, n.d.) El principal
objetivo de la Gerencia del Conocimiento es hacer un uso total del conocimiento
existente en una corporación para aumentar su productividad y su eficiencia
operacional. Para las bibliotecas
académicas, la razón principal para implementar la Gerencia del Conocimiento es
su bajo presupuesto. (Wen, n.d.)
Curiosamente las expectativas
relacionadas con las bibliotecas académicas suben cada año, posiblemente
impulsadas por el gran avance en las tecnologías de la información y en parte
por la explosión del conocimiento en la era digital. De modo que, las bibliotecas académicas están siendo
presionadas por dos flancos: menos presupuesto y mayor demanda. (Wen, n.d.)
Nos dice Sarrafzadeh (2008), citando a
Naismith (2006) que hoy día la gente es rica en información, pero pobre en
conocimiento. ¨Nos ahogamos en
información pero ansiamos conocimiento¨. (Naisbitt, 1982) Esta necesidad de poder transformar la
información en conocimiento es lo que mantiene viva la profesión del
bibliotecario. Las bibliotecas han
sido fuente de conocimiento a través del tiempo y lo siguen siendo. Lo importante es que el bibliotecario
pueda identificar su rol y una misión que se integre y se sostenga en estas condiciones
tan cambiantes. (Sarrafzadeh, 2008)
Según Wen (n.d.) los dos grandes recursos
para producir o hacer Gerencia del Conocimiento son los seres humanos y la
tecnología. Añade también que no
existe un programa que pueda aplicarse a todas las demandas para el registro
del conocimiento, ya que lo que se produce, se espera y se registra es muy
variado de lugar en lugar. Este
bibliotecario recomienda que se le saque partido a los recursos que tiene la
biblioteca, como el programa de Microsoft Office. De aquí podemos aprovechar al máximo Word, Excel y Access
para usarlos como herramientas de registro de conocimiento, sin tener que
agravar el ya frágil presupuesto bibliotecario.
Por otra parte, Riccio (2011) nos dice
que el reto para los bibliotecarios es poder aplicar las competencias que han
usado a través de los siglos para manejar información, ahora para manejar
conocimiento.
Con los cambios constantes de los últimos
años, en los que la tecnología cambia de manera rápida y vertiginosa, el reto
mayor para un bibliotecario, como para cualquier otro profesional de la
información, es mantenerse al día.
Como todo profesional, la educación continua es una parte fundamental de
su profesión. La mayor parte de
las veces debemos ser autodidactas.
Debemos aprender a educarnos nosotros mismos para poder mantenernos al
día en un mundo de constantes innovaciones. Todo el que no pueda mantener el paso, quedará
rezagado. Esa no puede ser una
opción para un profesional de la información.
Referencias:
Riccio, H. (2011, May).
Librarians and Knowledge Management. AALL Spectrum, 24–26.
Sarrafzadeh,
M. (2008, March). Implications of Knowledge Management for library and
information sciences. RMIT University, Australia.
Wen,
S. (n.d.). Implementing Knowledge Management in Academic Libraries: A Pragmatic
Approach. University of Michigan Library.
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